España perdonó la vida a Serbia y lo pagó en la segunda jornada del grupo B del Europeo que se está disputando en Oporto. Los de José Venancio se adelantaron en la primera parte con un tanto de Andreu a servicio de Marcelo; pero, los españoles jugaron con fuego y se quemaron a 36'' de la bocina final. Rajic firmó las tablas y evitó la clasificación directa de los nuestros a semifinales. Ahora, España tendrá que esperar al miércoles, contra Rusia, y conseguir un empate que cerraría las opciones serbias de arrebatarnos el billete.La presunta superioridad de los nuestros no se reflejó en el luminoso del Multiusos de Gondomar. España se confió demasiado ante una Serbia liderada por una pesadilla llamada Peric y recibió un mazazo en el último suspiro que borró la oportunidad española de colocarse ya en semifinales.
Los de José Venancio arrancaron la cita con demasiadas imprecisiones ante una selección 'plavi' que no se puso nerviosa un ápice. La velocidad y claridad de siempre se dejaron de lado en unos primeros compases de alucinación, que pronto quedarían en el olvido. Los nuestros, aunque les costó demasiado, comenzaron a coger el timón del asunto y asediaron el marco rival con un Marcelo y un Daniel enchufados.
Serbia se encontró con un huracán rojigualda de por medio y acabó el primer asalto metido en su campo, sin opciones de crear cierto pánico (ya lo hicieron antes con Peric y sus diabluras). La presión que se echaba en falta en los comienzos, comenzó a funcionar y asfixió lo suyo a los balcánicos.
A pesar de todo, el meta serbio, Ranisavljevic no tuvo que recoger el cuero de sus redes ante tanta insistencia. Tuvo que ser Marcelo el que le ganase la partida a Soso, haciendo honor a su apellido en la salida del cuero, para plantarse delante del portero 'plavi' y regalar el tanto a Andreu. Quedaban tres minutos para el descanso.
El paso por vestuarios no cambió el guión de un encuentro que España tuvo en su mano y que dejó escapar sin explicación. Los españoles se hartaron a circular el esférico en posesiones eternas y no conceder ocasión a una Serbia maniatada en su campo. Pero, pasado el ecuador de segunda mitad, el choque se rompió. Los 'plavi' se liberaron de las ataduras rojigualdas y, de la mano del fenómeno Peric, se acercaron al marco de Amado.
Sin arriesgar con la bala del portero-delantero, los Serbios aguardaron su opción y, a falta de 36'', se llevaron una alegría. Rajic finalizó una gran jugada nacida en la línea de banda y abofeteó a los de José Venancio. Los de Kovacevic celebraron el empate a lo grande, aunque tienen muy difícil echar a España de semifinales en su favor. Tendrán que golear a Ucrania y esperar una derrota nuestra ante la ya clasificada Rusia. Así, a España le vale con un empate para borrar culquier sueño serbio. Para ser primeros, hay que ganar. El miércoles, capítulo final del camino a estar entre los cuatro elegidos.
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